Kike y yo, Dina, somos los socios de ACERO Y PIEL, es decir, el alma mater del proyecto, que como tal, empezó en agosto de 2001, fecha en que se formó la sociedad. En septiembre del mismo año, abrimos nuestro estudio, en Castellón capital. Aunque mis primeros pasos como piercer, empezaron unos años antes, en 1997.

En un viaje a Londres, junto a unos amigos que eran tatuadores, visitamos la tienda en Candem de Cold Steel. Allí me familiaricé con el piercing, las agujas que se usaban, los tipos de materiales… y en el local de Simón, uno de mis colegas se anilló la nariz.

Allí es donde aprendí. Fue en el mes de agosto, y dos semanas después, se celebraba una convención de tattoo y piercing en Barcelona. Asistí junto con mis dos colegas tatuadores. Allí me pase todo el sábado viendo perforar a una chica, Mariona, (ahora sé que ella está en Bilbao y tiene una tienda que se llama Ozono) el caso es que ella perforaba igual como yo había aprendido en Londres. Con agujas americanas o lanzas – así es como se conocen en el mundillo piercer no hizo muchas perforaciones, pero la manera como perforaba, como trataba a las personas, era lo que yo pensaba que tenía que ser si quería dedicarme a ser piercer. Como acupuntora también tenía el mismo trato, así que no iba a ser muy distinto.

Me acerqué a ella a última hora de la tarde, y le dije que me gustaría que me perforara el pezón. que al día siguiente, antes de volver a Castellón, me pasaría por el stand. y me pase toda la noche nerviosa, no podía casi conciliar el sueño. No tenía ni idea de que sensación era perforarse. Lo que si sabía es que le tenía pánico a las agujas. No está bien decirlo, pero no he consentido que nunca nadie me pusiera agujas de acupuntura.

Tan solo yo me las he clavado. y ahora iba a pasar por la experiencia de un piercing. La verdad es que lo estaba deseando. Yo quería ser piercer y quería saber que se sentía, al menos para poder explicar a quien tuviera que perforar que tipo de sensación era. Es verdad que por aquel entonces, y en un pueblo donde yo vivo, pensar en ser piercer como medio de vida era lo más ridículo que nadie pudiera pensar. Pero a mi me movía la pasión y el amor por las cosas bien hechas y no pensaba en ganar dinero con eso. De hecho, invertí todos mis ahorros en unos forceps, agujas, bananas, barbels y bcr (aros), pero nunca pensé que había tirado el dinero. Recuperar toda aquella inversión fue… lo último que pensaba.

Y llego el día siguiente. Aún lo recuerdo como si fuera ayer. Mi colega fotografío todo el proceso, y cuando acabo le comente a Mariona mis intenciones…ser piercer. Y de verdad que me motivó un montón. La vi unos años después en una convención en Madrid, y se acordaba de mi. Ahora tengo clientes que también son clientes de ella, y lo comentó y me es sumamente grato recordar el principio de todo.
Así que al volver a Castellón, ya con el pezón atravesado por un barbel en vertical, empezó algo que sin darme cuenta ha sido y es el trabajo que más satisfacciones personales me ha dado y con el que más complicidad he sentido.

Entonces empecé a perforar en la tienda de unos amigos, llamada tribal, ellos no paraban de decirme que con lo que sabía de acupuntura tenía que dedicarme al piercing, y mira por donde, gracias a la confianza que me dieron, decidí perforar en su tienda, la cual también tenía zona de tatuaje, ropa

alternativa, discos…en fin, así era como el tatuaje y el piercing se localizaba en España. También perforaba en el centro de acupuntura y quiromasaje, que es mi profesión. Los conocimientos de anatomía y terapias naturales me ayudaron mucho en el tema de saber tratar lesiones en la piel, y como tal,
evitar que con el piercing la piel se castigara.

A la vez, como socorrista de la cruz roja, podía tranquilizar a los que tenían miedo, y siguen teniendo, o, si sufren una pequeña lipotimia, saber cómo socorrerles inmediatamente. Es un alivio para una persona que se hace un piercing, saber que no es traumático, aunque a veces no pueden evitar
pensarlo, pero consigo tranquilizarles y acabamos con risas, en la mayoría de los casos.

Unos años después, ya que en Castellón no había ningún estudio dedicado exclusivamente al piercing, y viendo que en algunos sitios donde se perforaba, no estaban haciéndolo realmente bien, me sabía mal ver como chicas me venían con ombligos maltratados, cejas infectadas, y síntomas de dermatitis de contacto en muchos casos, esto me motivó a ofrecerle a mi amigo, Kike, la posibilidad de abrir juntos un estudio con nivel clínico dedicado exclusivamente al piercing, donde las personas salieran satisfechas y sin temor por llevar un piercing. Abrimos el primer estudio en la Comunidad Valenciana dedicado exclusivamente a las perforaciones corporales – piercing – con el tiempo llegaron los tatuadores, y la apertura de un segundo estudio en una localidad cercana en Vila-Real.